12 setiembre
Mañana es mi cumpleaños. Estoy en Ayacucho. El camino hacia aquí fue uno de los más hermosos que he recorrido en los Andes. Como expliqué en mi anterior post, la gente muy linda nos recibió en cada pueblo con los brazos abiertos y con una sonrisa.
Los rastros del terrorismo no son visibles antes de llegar a la ciudad, pero en Ayacucho hay muchos policías. Es una de las ciudades más bellas que han visitados mis participantes de los Andes Trail. El sol del mediodía, la gente en los arcos de la plaza, las treintaicuatro iglesias forman parte del esplendor del pasado de este lugar. Me pregunto ahora: ¿Qué pasó con Ayacucho?
Ayacucho fue el territorio más poblado en la época anterior de los Incas. Quizás fue una de las zonas en donde se rendía tributo a los dioses andinos, en donde habían muchas huacas (por eso los españoles construyeron muchas iglesias aquí). Ayacucho fue también uno de los territorios más importantes de la colonia, y a la vez el lugar donde se dio la última batalla de ante el ejército español, la batalla de la Independencia. Ayacucho es el nombre de una ciudad que figura en gran parte de las calles de las ciudades latinoamericanas (incluidas españolas) y en los libros de historia. ¿Qué pasó con Ayacucho?
Ayacucho lamentablemente fue uno de los focos del terrorismo. Quizás es esa la razón por la que Ayacucho perdió esa vitalidad y esplendor que tuvo en el pasado. Lamentable, la verdad. La gente por momentos no parece recordar esa etapa de su historia, pero veo en la plaza exposiciones sobre la gente desaparecida y las investigaciones realizadas posteriormente, también una pantalla gigante con videos sobre aquellos oscuros tiempos. Pienso en los familiares de los desaparecidos, trato de imaginar cómo fueron aquellos tiempos. La pesadez de aquellos años se siente en el recuerdo, en un recuerdo no olvidado.
Hoy Ayacucho tiene vida. Yo vine aquí por primera vez hace casi ocho años y parecía una ciudad desértica. Hoy camino por las plazas, voy al mercado, visito algunas iglesias y consigo ver vida en la ciudad. La gente sonríe más, nos saluda, tienen sus propios negocios, toca la bocina sin miedo. Hay pizzerías, cafés, casonas con zaguanes. Es la ciudad más española que hemos visitado.
Espero ver a esta ciudad como lo fue antaño. Mañana dejo Ayacucho, me gustaría quedarme unos días más aquí.
Espero ver a esta ciudad como lo fue antaño. Mañana dejo Ayacucho, me gustaría quedarme unos días más aquí.
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