jueves, 5 de enero de 2012

¿Por qué pedaleo en Africa?



LLEGO AL AFRICA a montar bicicleta, con un grupo de veinte personas.

-¿Montar bicicleta?, me diría una comparñera de trabajo en Holanda.

Cinco mil quinientos kilómetros en bicicleta a lo largo de la sabana desde Dakar (Senegal) hasta Accra, la capital de Ghana. 

-¿Y para qué te vas hasta allá a montar bicicleta?
-Porque me gusta viajar en bicicleta.
-¿Pero en el África?

Allí sí que no sé qué responder. Imaginarme pedalenado en el África, en medio del calor, en un continente tan lejano, tan olvidado.

Es difìcil montar bicicleta en el África. Parece fácil porque es plano, pero recorrer ciento veinte kilómetros diarios a cuarenta grados de calor, es puro estado mental.




CONFIESO QUE ME cuesta entener al África, quizás aceptarla. Llevo ya varios días pedalenado y el hecho de ver a las adolescentes embarazadas me conmueve. ¿A qué edad empieza su reproducción? Las mujeres siempre andan por las carreteras cargando leña, bidones de agua, comida sobre sus cabezas (mirar cabecera). A veces las veo preparando la mandioca, limpiando el piso de sus casas, dándole leche a sus hijos. En un pueblito leo un letrero que dice “no a la circuncisión de las mujeres”, en otro veo a una de ellas cargando a un bebe a la espalda, con otro en la mano y embarazada. Su destino ya está marcado: a los quince serán entregadas a sus futuros maridos (elegidos por sus padres), les harán la circunsición, a los deiciséis dan a luz a su primer bebé. Los hombres tienen una o dos o tres mujeres. Eso es normal aquí. Los hombres están sentados mirando cómo trabajan y dan a luz, pocas veces se les ve cargando algo sobre sus cabezas. ¿religiòn? Me pregunto por qué ese destino tan marcado del sexo femenino? ¿Por qué esa sumisión y entrega absoluta al marido? ¿Dónde empezó todo esto? ¿Cuándo, cómo? Difícil entenderlo, yo como mujer, difícil aceptarlo. Yo las saludo cuando paso en la bici. Ellas me miran sonrientes. ¿En qué pensarán?





HOY ES EL DíA más difícil. Mucha gente me pregunta por qué hago esto o por qué hacemos esto nosotros los fanáticos ciclistas. Hoy es de esos días en los que me pregunto el por qué y no sé qué responder. Somos veinte personas en medio de la sabana pedaleando en línea recta hacia la frontera con Benín. Felizmente tenemos dos vehículos de apoyo que nos acompañan y preparan el campamento. Las noches las pasamos durmiendo en nuestras tiendas de campaña, en donde caiga el día, y comemos lo que la cocinera de la organización nos cocina.

-¿Y qué van a comer? –pregunta mi compañero de trabajo días antes de que despegue hacia Ouagadougou.
-Lo que encontremos en el camino...
-Pero si allí no hay nada.
-Estamos llevando suficientes municiones.

La cocinera del grupo se llama Ellen. Ellen es una gran cocinera adaptable a las circunstancias. Prepara desde pasta a la boloñesa hasta arroz con pollo y sopa de calabaza. Para ella esto es también un reto porque a lo largo del camino no hay mucho qué comprar. A veces plátanos, maíces, en alguna parte he visto papas. La gente aquí se alimenta de pescado y mandioca. Su dieta diaria.

La bicicleta tiene un poder potencial , una rareza, de aquellos que te atrapan y no te dejan. Como hacer el amor. Pedalear es un movimiento vicioso como la droga, uno empieza y no lo deja, la sensación de libertad física y mental acapara: el ritmo del pedal, el cansar tu cuerpo, el retar a tus piernas... el cansancio que producen los deportes de fondo producen la dopamina... una forma de estar dopado.








Safari

Safari sobre el techo de una combi


Bufalos africanos


Ninos

Lo primero que me llama la atención del África es la cantidad de niños. Los niños salen de todas partes, te persiguen, te llaman, te gritan con un entusiasmo que acapara. Pueblo por el que pasas pedaleando, pueblo del que salen niños corriendo y gritando yeeee unos detrás de otros como en maratón, algunos calatos, vestidos en camisetas, en calzoncillos, con vestidos largos, con pañoletas o con burkas, cabellos cortos, al ras del cuero, como el presidente Obama, en miniatura, de todas las edades, levantan tierra y gritan cadeau cadeau... argent argent... je me donnez un velo, bon arrivéz. Nunca he visto tantos niños juntos.


Ayer me detuve en un pueblo a tomar una cocacola después de pedalear sesenta kilómetros en trocha. Niños de no sé dónde aparecieron a mi alrededor. Me miraban como a una extraterrestre. Yo le pedí una cocacola bien helada a la dueña de una tienda y me senté a una mesa para beber. Los niños no dejaban de auscultarme, ¿me analizarían? Cada vez llegaban más y más de todas partes. ¿Cómo han podido procrear tantos? Cuento unos treinta niños. Sus ojos blancos me miran felices. Yo los miro con una sonrisa. ¿Esperan que les diga algo?

Navidad en Africa

Mañana es navidad. Nunca imaginé pasarla en el África. Cantndo jingle bells en el desierto. Pero en Ouagadougou también se celebra.



El 25 de diciembre es mi primer día en bicicleta. No pienso en la navidad. 130 kilómetros. A medio camino se me revienta la cámara de la llanta trasera. Ni modo, a repararla yo misma. De pronto aparecen seis niños de diferentes edades. Los miro. Tienen sus barrigas hinchadas, caminan con el torso desnudo, uno de ellos tiene un t-shirt usado del Barcelona, a la espalda dice Messi. Dejo de concentrarme en mi bicicleta e intento buscar con la mirada el lugar de donde han salido estos pequeños. A lo lejos veo una casa de forma circular del mismo color que el desierto. Hay una señora con otros dos niños, uno en brazos. ¿Serán una familia?

Horas después leo que en Burkina las mujeres tienen un prmedio de 7 hijos. Yo conté ocho niños en esa familia a lo largo de la carretera.

La navidad la pasamos unos kilómetros después de allí acampando debajo de los baobabs, al lado de tres casas con sus familias numerosas. Ellen cocinó frijoles con tocino y arroz e invitó a todo el pueblo a cenar con nosotros. Terminamos jugando al baseball con los niños del pueblo. Todos absolutamente todos aprendieron a hacer homerun. Luego, las mujeres –madres e hijas- hicieron una ronda y danzaron el baile de la reproducción. Se pusieron a cantar sin instrumentos, solo su voz, y a bailar golpeándose las caderas, unas a las otras, felices de la vida, con sus bebés a la espalda.
Papa Noel derritiendose en la sabana. En la rama de un baobab.

En Navidad jugamos al beisball

Cena de noche buena. Las mesas estan listas para celebrar la navidad.
Cafeteria africana. Pequeno refrigerio de 25 de diciembre.

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