Uno de los riesgos de este viaje son, claro, los inconvenientes que puedan suceder a lo largo de la ruta. Uno de ellos es el pinchazo de una llanta (neumático) del camión, no la bicicleta, que retrasa el viaje y sobre todo la organización.
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Edosn y Ewald reparando el neumático del camión de Bike Dreams |
Lo voy a explicar : este tour cuenta con dos camiones de apoyo, vehículos de mediana estatura, que uno lleva los equipajes de los ciclistas y la cocina de Bike Dreams, y otro, prepara un refrigerio y sirve de auxilio en accidentes o problemas de salud. Los dos camiones (Mercedes Benz, ex vehículos de bomberos) llegaron desde Holanda hasta el Callao hace un par de meses y ahora están recorriendo América del Sur.
En nuestro camino hacia Huancayo, uno de los vehículos empezó a temblar a medio camino. "¿Qué pasa aquí? ¿Es la carretera o el camión?". A los pocos minutos escuchamos un "paffffff". Yo pensé atropellamos un perro. Pero era la llanta (el neumático).
Felizmente viajé ese día en el camión, no por no poder andar en bicicleta, sino por una cuestión de organización. A una de las ciclistas le había mordido un perro y teníamos que llevarla urgentemente a Huancayo, la próxima ciudad-descanso de nuestro recorrido, para que le pongan las vacunas de rigor.
Pero nos quedamos estancados a medio camino.
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Los ciclistas ayudando a subir el neumático a la cabina del camión |
Las personas que viajaban conmigo en el camión tuvieron que dividirse. Unos tomaron un taxi hacia Huancayo, entre ellas la señora con mordedura de perro, mientras que nuestro cocinero, Edson Estremadoyro, se fue a buscar al mecánico del equipo de Bike Dreams, que estaba kilómetros atrás de nosotros. Yo me quedé sola en el camión.
Horas sola en el camión, tratando de dormir, tratando de descansar, pero nada.
A la hora y media llegó Peter Ernst, el mayor del grupo, de 68 años, en la bicicleta. "¿Qué pasó?" Le expliqué lo sucedido. Había un restaurante cerca.
"¿Nos tomamos una cerveza?".
Mientras nos tomabamos una cerveza, (y Peter se compró una botella de cerveza extra y echó el contenido en su bidón de agua) llegó un carro de la policía, el mecánico y Edson, el cocinero. A reparar la llanta.
Tardamos una hora en cambiarla por una nueva de repuesto. Los ciclistas que fueron llegando al lugar de los hechos nos ayudaron a subir la llanta malograda a la cabina del vehículo.
Llegamos tarde, bastante tarde, a Huancayo. Pero todos disfrutaron una tarde de cervezas en la ciudad. Además los entrevistaron en un canal conocido de la televisión. Una anécdota más del Andes Trail.