Mañana es navidad. Nunca imaginé pasarla en el África. Cantndo jingle bells en el desierto. Pero en Ouagadougou también se celebra.
El 25 de diciembre es mi primer día en bicicleta. No pienso en la navidad. 130 kilómetros. A medio camino se me revienta la cámara de la llanta trasera. Ni modo, a repararla yo misma. De pronto aparecen seis niños de diferentes edades. Los miro. Tienen sus barrigas hinchadas, caminan con el torso desnudo, uno de ellos tiene un t-shirt usado del Barcelona, a la espalda dice Messi. Dejo de concentrarme en mi bicicleta e intento buscar con la mirada el lugar de donde han salido estos pequeños. A lo lejos veo una casa de forma circular del mismo color que el desierto. Hay una señora con otros dos niños, uno en brazos. ¿Serán una familia?
Horas después leo que en Burkina las mujeres tienen un prmedio de 7 hijos. Yo conté ocho niños en esa familia a lo largo de la carretera.
La navidad la pasamos unos kilómetros después de allí acampando debajo de los baobabs, al lado de tres casas con sus familias numerosas. Ellen cocinó frijoles con tocino y arroz e invitó a todo el pueblo a cenar con nosotros. Terminamos jugando al baseball con los niños del pueblo. Todos absolutamente todos aprendieron a hacer homerun. Luego, las mujeres –madres e hijas- hicieron una ronda y danzaron el baile de la reproducción. Se pusieron a cantar sin instrumentos, solo su voz, y a bailar golpeándose las caderas, unas a las otras, felices de la vida, con sus bebés a la espalda.
Portland’s Alameda Bike Bus Turns One!
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On Earth Day 2022, Physical Education teacher Sam Balto - inspired by
Barcelona's Bici Bus - decided to attempt to start his own at his school in
Alameda n...
Hace 1 año
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