Lo primero que me llama la atención del África es la cantidad de niños. Los niños salen de todas partes, te persiguen, te llaman, te gritan con un entusiasmo que acapara. Pueblo por el que pasas pedaleando, pueblo del que salen niños corriendo y gritando yeeee unos detrás de otros como en maratón, algunos calatos, vestidos en camisetas, en calzoncillos, con vestidos largos, con pañoletas o con burkas, cabellos cortos, al ras del cuero, como el presidente Obama, en miniatura, de todas las edades, levantan tierra y gritan cadeau cadeau... argent argent... je me donnez un velo, bon arrivéz. Nunca he visto tantos niños juntos.
Ayer me detuve en un pueblo a tomar una cocacola después de pedalear sesenta kilómetros en trocha. Niños de no sé dónde aparecieron a mi alrededor. Me miraban como a una extraterrestre. Yo le pedí una cocacola bien helada a la dueña de una tienda y me senté a una mesa para beber. Los niños no dejaban de auscultarme, ¿me analizarían? Cada vez llegaban más y más de todas partes. ¿Cómo han podido procrear tantos? Cuento unos treinta niños. Sus ojos blancos me miran felices. Yo los miro con una sonrisa. ¿Esperan que les diga algo?
Portland’s Alameda Bike Bus Turns One!
-
On Earth Day 2022, Physical Education teacher Sam Balto - inspired by
Barcelona's Bici Bus - decided to attempt to start his own at his school in
Alameda n...
Hace 2 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario