26/7
Hoy salimos hacia el norte en el pequeño bus que rob y wilbert alquilaron en arequipa. El bus pequeño, de color blanco, sólo tiene espacio para tres personas.
A ellos me los encontré en el Plaza Vea de la Javier Prado con la Aviación. Allí estaban ellos dos esperándome, Rob con sus shorts y Wilbert con sus pantalones largos. No tuvieron muchos problemas en encontrar el lugar que yo les indiqué. Me dijeron que las calles de Lima eran fáciles.
Hoy salimos hacia el norte en el pequeño bus que rob y wilbert alquilaron en arequipa. El bus pequeño, de color blanco, sólo tiene espacio para tres personas.
A ellos me los encontré en el Plaza Vea de la Javier Prado con la Aviación. Allí estaban ellos dos esperándome, Rob con sus shorts y Wilbert con sus pantalones largos. No tuvieron muchos problemas en encontrar el lugar que yo les indiqué. Me dijeron que las calles de Lima eran fáciles.
La salida de Lima fue un tanto caótica. Yo me senté entre los dos, en la parte delantera del vehículo. No pudimos evitar el tráfico ni tampoco a los vendedores de helados y banderas bicolor, pues en el Perú el lunes 28 será fiestas patrias les explico.
Oscureció cuando recorríamos pasamayo. Ningún imprevisto, nada. Dormimos en Huacho.
Huacho es una ciudad pequeña, podría decirse un pueblo grande con mucha gente en las calles y mototaxis. El lugar me recordó a una vieja historia. Una amiga mía me robó una vez un muñeco de peluche llamado ñupi. Yo adoro a mi muñeco de peluche, pues es casi tan viejo como yo y me ha acompañado por todas partes. Esta amiga se lo llevó a huacho a ‘chuparse’ unos tequilas sunrise en un bar de por allí. Para mí fue un verdadero drama. Como si mi hijo hubiese sido secuestrado.
Oscureció cuando recorríamos pasamayo. Ningún imprevisto, nada. Dormimos en Huacho.
Huacho es una ciudad pequeña, podría decirse un pueblo grande con mucha gente en las calles y mototaxis. El lugar me recordó a una vieja historia. Una amiga mía me robó una vez un muñeco de peluche llamado ñupi. Yo adoro a mi muñeco de peluche, pues es casi tan viejo como yo y me ha acompañado por todas partes. Esta amiga se lo llevó a huacho a ‘chuparse’ unos tequilas sunrise en un bar de por allí. Para mí fue un verdadero drama. Como si mi hijo hubiese sido secuestrado.
En la noche ya en el hotel, me pongo a escribir historias para este blog. De pronto escucho gemidos y aullidos a mi alrededor. ¿A qué tipo de hotel me han traido estos muchachos?
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