Ando en bicicleta. A medio camino encuentro La Chevy. Campamento, pienso.
No, policías ¡!
“¿Qué pasó aquí Ewald?”
“La policía nos quiere poner una multa, llevamos 45 minutos esperándote”.
Miro a Ewald. Él prosigue:
“Me han pedido mi licencia de conducir internacional y no la tengo. Además no tenemos los papeles del auto”.
Pienso.
Ewald añade: “Dicen que si les pagamos la gasolina, nos perdonan”.
Coima, pienso.
Voy a los policías.
“Buenas días caballero, con Susana Montesinos”.
El policía me mira. Está parado al lado de una camioneta gris. “Buenos días señorita”.
-¿Qué ha pasado aquí? –le pregunto.
-Los señores no traen la tarjeta de propiedad del auto ni el Soat.
No me dice nada de la licencia de conducir, qué curioso.
-Señor, yo soy la guía del grupo...
-¿Usted es peruana?
-Sí.... y por eso mismo le garantizo que los señores sí tienen la tarjeta de propiedad y el Soat en regla, estamos viniendo desde Ecuador... Además en la Panamericana Norte nos han parado varias veces a revisar papeles sin ningún problema.
-Pero dónde están los papeles.
-Los papeles están en el otro carro que nos acompaña... entiéndalos, señor, son gringos, y a veces no saben dónde tienen las cosas.
- Pero el señor, además, no trae su brevete internacional.
-Ah sí? Bueno, el señor es el mecánico, señor policía. Y nos está ayudando a recorrer este trayecto que está demasiado malo... pero sabe usted, yo me desentiendo de eso, ése no es mi problema, si quiere ponerle la multa s ela pone.
Y añado la pregunta: “¿Cuál es su nombre?”.
El policía se siente un poco incómodo. Me dice sólo su primer nombre. “Javier, señorita”.
-¿Y su apellido?
-Ramírez.
-Entonces usted es Javier Ramírez. Bien.
Dejo al policía y voy donde Ewald. Le digo: ¿cómo es posible que no tengas tu licencia internacional? Me dice que es un papeleo que no quiso hacer en Holanda. Yo pienso: ay este niño. Veo al policía discutir con el otro policía. Wilbert llega en ese momento en su bicicleta. Nos da los papeles de la Chevy que estaban en La Chevy... osea Ewald buscaba en sus narices.
Vuelvo al policía con los papeles.
-Aquí está la tarjeta de propiedad y el Soat, señor.
El policía mira los papeles. Me los devuelve.
-¿Podemos seguir, señor?
-Sí... pero dígale a su amigo holandés que por favor saque su brevete internacional. La próxima vez le pondré una multa.
-No se preocupe señor... esa será mi responsabilidad. Hasta luego.
-Hasta luego.
No, policías ¡!
“¿Qué pasó aquí Ewald?”
“La policía nos quiere poner una multa, llevamos 45 minutos esperándote”.
Miro a Ewald. Él prosigue:
“Me han pedido mi licencia de conducir internacional y no la tengo. Además no tenemos los papeles del auto”.
Pienso.
Ewald añade: “Dicen que si les pagamos la gasolina, nos perdonan”.
Coima, pienso.
Voy a los policías.
“Buenas días caballero, con Susana Montesinos”.
El policía me mira. Está parado al lado de una camioneta gris. “Buenos días señorita”.
-¿Qué ha pasado aquí? –le pregunto.
-Los señores no traen la tarjeta de propiedad del auto ni el Soat.
No me dice nada de la licencia de conducir, qué curioso.
-Señor, yo soy la guía del grupo...
-¿Usted es peruana?
-Sí.... y por eso mismo le garantizo que los señores sí tienen la tarjeta de propiedad y el Soat en regla, estamos viniendo desde Ecuador... Además en la Panamericana Norte nos han parado varias veces a revisar papeles sin ningún problema.
-Pero dónde están los papeles.
-Los papeles están en el otro carro que nos acompaña... entiéndalos, señor, son gringos, y a veces no saben dónde tienen las cosas.
- Pero el señor, además, no trae su brevete internacional.
-Ah sí? Bueno, el señor es el mecánico, señor policía. Y nos está ayudando a recorrer este trayecto que está demasiado malo... pero sabe usted, yo me desentiendo de eso, ése no es mi problema, si quiere ponerle la multa s ela pone.
Y añado la pregunta: “¿Cuál es su nombre?”.
El policía se siente un poco incómodo. Me dice sólo su primer nombre. “Javier, señorita”.
-¿Y su apellido?
-Ramírez.
-Entonces usted es Javier Ramírez. Bien.
Dejo al policía y voy donde Ewald. Le digo: ¿cómo es posible que no tengas tu licencia internacional? Me dice que es un papeleo que no quiso hacer en Holanda. Yo pienso: ay este niño. Veo al policía discutir con el otro policía. Wilbert llega en ese momento en su bicicleta. Nos da los papeles de la Chevy que estaban en La Chevy... osea Ewald buscaba en sus narices.
Vuelvo al policía con los papeles.
-Aquí está la tarjeta de propiedad y el Soat, señor.
El policía mira los papeles. Me los devuelve.
-¿Podemos seguir, señor?
-Sí... pero dígale a su amigo holandés que por favor saque su brevete internacional. La próxima vez le pondré una multa.
-No se preocupe señor... esa será mi responsabilidad. Hasta luego.
-Hasta luego.
Hay que saber usar la estrategia ;)
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